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miércoles, 18 de marzo de 2009

LA MUERTE PASA DE LARGO.






La primera voz de alarma la dio Justo Carrión el 10 de mayo de 2010. El periodista, en su casi siempre desmedida, insólita e insípida columna de El Independiente, lanzó el aviso: “La muerte pasa de largo”.Justo Carrión narraba la sorpresa con la que había comprobado cómo los coches fúnebres, se dedicaban al transporte de frutas y hortalizas. Tras veinticuatro días sin llevar a la vida eterna a ningún cliente, se habían visto en la obligación de redefinir el ámbito de su negocio. “Y es que el óvolo sigue estando vigente hasta en pleno siglo XXI”, finalizaba su espacio el periodista.Carrión, se había tomado la molestia de llamar a varios hospitales: Barcelona, Valencia, Santiago, Cáceres... para certificar que la gente había dejado de morir e incluso de enfermar desde hacía varias semanas. Nunca los servicios de urgencias habían tenido tan pocos casos, ni los servicios de ambulancia tan pocas salidas.Tras reunir el Gobierno a un comité de sabios que analizara la situación, sólo pudieron confirmar la noticia y emitir como única hipótesis validada por todos los miembros del grupo, que la situación se revertiría en cuando la Selección Nacional de Fútbol participara en el mundial que comenzaría en fechas próximas.

Autor: Pablo Lorente Muñoz


6 comentarios:

ybris dijo...

Una ficción aterradora para reflexionar.
Mejor como estamos.
Aunque sea sin participar en el mundial de fútbol.

Abrazos.

irene dijo...

Si eso fuera posible, por mí que no hubiese nunca partidos de la Selección, ni siquiera de Liga, por si acaso.
Besos.

Sofía B. dijo...

Me ha recordado el libro de Saramago "Las intermitencias de la muerte", pero dejarlo en manos del futbol sólo iba a ser posible aquí y en Brasil.

Saludos

Laura Gómez Recas dijo...

Hay un sabor cítrico en todo esto. Y que el causante de la situación sea el fútbol, lo acentúa. La hilación del relato me ha gustado y la forma narrativa también. La crónica es protagonista y tiene un cierto sabor a género negro novelístico.

Lo único que no entiendo es lo del óvolo. Creo que el significado del final de la crónica de Justo Carrión se me escapa.

Laura

Doberka dijo...

Muy bueno Pablo...espero que, al menos, haya nacimientos incontrolables todavía.

Besos

Allek dijo...

pasaba presentarme..
te dejo un fuerte abrazo!!

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