La biblioteca de babel

Contribuyentes

BUZÓN

Enviad vuestros relatos para que la biblioteca crezca

fsabadia@live.com

viernes, 31 de agosto de 2012

Hasta siempre




Nunca se sabe donde está el final o cuando ese final vuelve a ser un principio...
Este blog toma un descanso, no sé si definitivo pero paraliza su puesta semanal en escena de pequeños relatos...gracias a los que lo han seguido y apoyado...gracias a los que han enviado sus escritos...no sé si fue buena idea pero yo he intentado que todas las personas que quisieran pudieran tener su pequeño lugar en la Biblioteca virtual de papel.



domingo, 22 de julio de 2012

CALDO






Cuando en la calle solo ves las baldosas húmedas y pisadas rápidas para volver a casa. Cuando trenzas tu pelo con la lana de tu bufanda y acoplas tu cabeza en el gorro de guata. Cuando das pasos cada vez más rápidos, tanto, que en vez de caminar, vuelas, con fuerza, como el cierzo. Justo cuando llego a casa y me quiero desnudar, para templar mi cuerpo y dejar fuera la frigidez del invierno, en es mismo instante... tengo sed de tu piel.



Autora: Belén Inred



domingo, 15 de julio de 2012

EL ROCE DE TU PIEL






No tienes ni puta idea de lo que hubiera pasado si tus pies hubieran decidido dar un paso más, sólo unos centímetros. No lo sabes, nos paró la cobardía: a ti, por no avanzar, a mí, por permanecer quieta. Me llegaron las caricias de tu parpadeo y el aleteo ansioso de tu respiración. Sólo un paso más y hubiera caído, hubiera quemado mis naves por arder en tus brazos, por perder mi escaso sentido común, por extraviar los papeles que nunca compulsé, por sentir tu aliento en el cielo del paladar. No tienes piedad, ni capacidad de prever la taquicardia que ciertas palabras tuyas producen en mi, no, no tienes piedad. He llegado a pensar que disfrutas haciéndome sufrir, que te deleitas en cada suspiro que me arrancas, que te relames en cada grado que me haces sudar, que te has apostado con el diablo del deseo a ver quién aguanta más, a ver quién sucumbe primero ante las imágenes sicalípticas de íncubos y súcubos, a ver.
Y creo que voy a perder, a perderlo todo, porque ya no me importa, porque ya me da igual, porque sólo tengo pesadillas por saber qué se siente al roce de tu piel.





Autora: Anabel Consejo


domingo, 8 de julio de 2012

RELATO





Ya se iba a la cama cuando se le ocurrió aquel relato genial y ya no durmió en toda la noche (le resultó imposible desprenderse del asiento) escribiéndolo. En la mañana leyó con emocionada voz el texto ya del todo concluido a su mujer (una taza de humeante café en la mano) que fue viendo con creciente interés cómo la vida de ambos se describía de forma minuciosa en aquellas páginas memorables. Al final, con un júbilo y regocijo infinitos, tal como el cuento describía en su magistral desenlace con asombrosa verdad, los dos quedaron incorporados a su trama sutil.



Autor: Carlos Enrique Cabrera

domingo, 1 de julio de 2012

TU RECUERDO



Es un placer mojar el papel destinado a pintar con acuarelas aunque reconozco que es difícil controlar la cantidad exacta de agua para dar la tonalidad deseada. Hoy mientras veía como el color se iba expandiendo a la vez que se difuminaba y tenía que aplicar un papel secante para quitar la suficiente cantidad de agua que evitara se diluyera totalmente el color, pensaba en tu recuerdo y como el tiempo hace de agua para que este se diluya. He decidido por tanto que mi mente hará de papel secante para retenerlo al menos mientras sea capaz de recordar.





Autor: Blopa Darune



sábado, 23 de junio de 2012

FRANQUEAR EN CASO DE HALLAR DESTINO





Noto cierto cambio en la estanquera de mi barrio, su aspereza ha mutado en cordialidad, he debido pasar a la categoría de cliente, ya no compro sellos, ahora fumo, mientras escribo cartas que nunca franqueo, quizá todo era humo.



Autor: Roberto Martín Granado


sábado, 16 de junio de 2012

LA ASTUTA HERMANASTRA




A las doce en punto de la noche, Cenicienta pierde un zapato mientras sale a la carrera del baile real. Esto lo observa una de sus hermanastras; como se conoce el cuento, se calza en un segundo el zapato de Cenicienta y deja en su lugar uno suyo. Cojeando ligeramente, la hermanastra se aleja del baile con una amplia sonrisa.


Autor: Roberto Malo


Seguidores

Todas las fotos son de internet