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sábado, 14 de marzo de 2009

NO PONER LA OTRA MEJILLA









Estrella camina por el centro del Paseo, tiene prisa, mucho quehacer en casa la espera. El sol de este noviembre dulce le acaricia el rostro, huele bonito, a eso que llamamos tierra mojada. Sonríe.

Pasa como muchas tardes por aquella cafetería, no ha entrado nunca, sabe bien quien la lleva y el recuerdo hostil le ha vetado estos años la entrada. Nunca mira ni siquiera la fachada si el semáforo la deja parada frente a ella.

Recuerda que le dijeron, jugadas del destino, que aquella amiga a quien tanto quería, está precisamente allí, trabajando de camarera.

¿Y si...? dudas. Sí. No, mejor. Sí. No. Pero....hace tanto que no la ve, no tiene su móvil, no hay otra forma. Qué más da lo demás, no?, ¿qué importa?.

Hoy es el día, se acabó.

Cruza la acera decidida, coge el pomo de la puerta, y entra.

Risas, sorpresas, abrazos, la misma complicidad de antaño, las mismas bromas, las mismas frases en confidencia. ¡qué guapa estás! ¡qué delgada!¡qué alegría maña!!!

Al final de la barra está él. Estrella ni lo mira. Él boquiabierto la observa con sorpresa, se acerca a saludar e intenta besar la otrora ajada mejilla.

Ella aparta la cara, le ignora y sigue hablando, riendo a carcajadas las dos mujeres, se toman el café, cotillean, se abrazan, ¡¡qué alegría!.

Él no existe, no es visible, nadie le recuerda, ni siquiera duele nada, ni se percibe su sombra al final de la barra. Esta vez no se oye la voz en off de sus insultos, de sus vejaciones ni de sus ostias....

La cinta se rebobina con velocidad, y se borra...

No hay nada. No queda nada. Nadie se había dado cuenta....

Se despiden las dos riendo, intercambian los teléfonos, se prometen quedar a comer algún día.

Estrella sale a la calle, respira, sonríe, se retira el pelo de la cara.

¡Caramba!¡Qué fácil ha sido!

¿Será verdad que se puede salir, y avanzar, y ser feliz, y hasta olvidar.... ?

Sí, va a ser verdad.





Autora : Carmen Marín.




3 comentarios:

irene dijo...

Seguro que es verdad, es imprescindible que lo sea, sólo hay que ser valiente, no amilanarse ante las bravuconadas.
Un beso, Carmen.

Doberka dijo...

Y tanto que se puede. Sólo hay que abrir una puerta, salir y cerrarla para siempre. No resulta fácil, pero poder...se puede. Estupendo. Me ha encantado el relato Carmen.

Besos

ybris dijo...

Es difícil como olvidar las heridas.
Pero es posible.
Una vez hecho resulta fácil.

Gracias por el relato.

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