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sábado, 2 de abril de 2011

VACÍO ENVASADO








El viernes salí con mis amigas. Cuando regresé a casa mi marido estaba achicharrando en el horno una pizza precocinada, la cena que las niñas han establecido para ese día. Un bocado insulso y seco, que apenas se podía tragar sin acompañarlo de líquido para ayudarlo a discurrir por el tubo digestivo. De haber intentado adivinar y describir a ciegas qué estaba comiendo, salvo un ligero y lejano sabor a pan requemado todo lo demás habría sido como definir la nada masticable y dura. Mientras intentaba deglutir esta nada, pregunté a mi marido qué tal el día. El respondió con monosílaba aspereza, entonces, de repente supe a qué sabía la cena. La pizza de los viernes sabía a matrimonio. Cuando terminé salí a la cocina a tirar los restos, entonces observé el envoltorio en la basura, comprobé que estaba caducada.




Autora: Arqui-Loca






4 comentarios:

Manuela Fernández Santamaría dijo...

Magnífica asociación, original metáfora de una realidad amarga y repetida.
Muy bueno.

Unknown dijo...

Siempre se pueden cambiar los ingrdientes o ...el microwave.
Uno.

Marcos Callau dijo...

Brillante. Me ha encantado el final.

GUILDENSTERN dijo...

Teniendo en cuenta que el marido se come los marrones de la casa......., no está mal.

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