Fue solo un instante de pánico y sorpresa al mismo tiempo, pero justo antes de cerrar los ojos le pareció verla allí mismo, en mitad del quirófano.
Al despertar con vida algo más tarde (aunque esperase otra cosa), y tras escuchar las palabras de los médicos, la dibujó al principio con saña en un papel para que todo le fuera familiar desde entonces. Y a medida que fue terminando el dibujo, sentía paso a paso un verdadero gozo y una ilusión verdadera al comprobar tras cada línea trazada por su mano, ahora con temblor, que aquella misteriosa dama que había visto antes de que le interviniesen en su ventrículo derecho no era otra mujer más que su..., "ay querida Esperanza".
Autor: Alejandro Lérida
2 comentarios:
Alejandro, has descrito la esperenza de un manaera especial, esa misteriosa dama.
La foto perfecta , Fernando.
Besos. :) Reina
Por estos lados suele decirse que lo ultimo que se pierde es la esperanza...
Publicar un comentario