Claro que si, si lo sé, si lo sabemos todos. Ir siempre a los mismos pubs de las mismas calles es muy aburrido. Por eso tú y tus amigos os fuisteis a Tudela con la furgoneta de tu padre. Os lo pasasteis de puta madre. Primero en los botellones del parque y luego en la discoteca. Hubo hasta algún tiro en los baños. Buena música y mejor compañía, la de las tres chicas a las que os arrimasteis, no sin antes comprobar el resto del ganado. La mala suerte se cebó contigo, tus amigos pillaron y tú te quedaste solo. Menos mal que tuviste reflejos y te dio tiempo de coger el autobús de las siete. Compraste churros para tu madre y a dormir como un rey. Te despertó tu padre pidiéndote las llaves de la furgo, no entendías nada, ni tan siquiera el porqué estaban en el bolsillo de la chaqueta vaquera. Esta vez los reflejos los tuvo él, empujándote para que cogieras el bus de las cinco, para recuperar la furgoneta que estaba aparcada cerca del parque dónde habías empezado la noche. Ese parque que aún conservaba los restos del naufragio alcohólico de apenas 24 horas antes.
Autora: Belén inred
¡Menos mal a los reflejos del padre!. Me ha parecido divertido.
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