¿Por qué no te gusto? Preguntó Chantall casi como una súplica.
Miré sus ojos negros y sus cejas perfectas. Sus labios insinuaban las curvas y se escondían por el resto de su cuerpo. Era preciosa. Cuando la vi por primera vez entrar en clase, hasta el profesor notó cómo le faltaba el aire, porque todos los chicos la habían robado en un intento de no caer desmayados. Creo que yo me enamoré de ella como habían hecho los demás. Pero el año transcurrió y fui descubriendo que Chantall era humana. Lloró cuando suspendió matemáticas y sonrió avergonzada en día de su cumpleaños. Yo quería diosas a mi lado, no tristes mortales.
¿No me vas a contestar?
Vi cómo un mosquito, de esos que aparecen en los lagos al anochecer, acercarse a la tersa y morena piel de Chantall. Casi me pareció ver cómo se relamía al saborear la sangre llena de fruta y comida sana de mi enamorada. Me asqueó ver el habón que se le formó en su cuello. En ese mismo sitio dónde ella soñaba que le iba a besar.
Miré sus ojos negros y sus cejas perfectas. Sus labios insinuaban las curvas y se escondían por el resto de su cuerpo. Era preciosa. Cuando la vi por primera vez entrar en clase, hasta el profesor notó cómo le faltaba el aire, porque todos los chicos la habían robado en un intento de no caer desmayados. Creo que yo me enamoré de ella como habían hecho los demás. Pero el año transcurrió y fui descubriendo que Chantall era humana. Lloró cuando suspendió matemáticas y sonrió avergonzada en día de su cumpleaños. Yo quería diosas a mi lado, no tristes mortales.
¿No me vas a contestar?
Vi cómo un mosquito, de esos que aparecen en los lagos al anochecer, acercarse a la tersa y morena piel de Chantall. Casi me pareció ver cómo se relamía al saborear la sangre llena de fruta y comida sana de mi enamorada. Me asqueó ver el habón que se le formó en su cuello. En ese mismo sitio dónde ella soñaba que le iba a besar.
Autora: Belén Inred
Muy chulo eñ relato . Me encanta
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