sábado, 22 de mayo de 2010

LA NUEVA...



De un salto y dos zancadas se plantó ante él desde el otro extremo del salón. Puso sus brazos en jarras y se hizo la indignada. O quizás lo estaba. Comenzó a hacerle reproches. Que si en los últimos años se pasaba el día mirándola en silencio con cara de gilipollas. Que si nunca le dirigía la palabra. Que si ahora ni siquiera discutía con ella. Que si ya no le gustaba, con ese enorme trasero que tanto le sedujo el día que decidió invitarla por primera vez a casa. Que si cada dos por tres cambiaba de tema a golpe de mando a distancia y la dejaba con la palabra en la boca.

Angustiado por la situación, tomó una decisión. No estaba dispuesto a soportarla ni un minuto más y la arrojó por la ventana desde el décimo piso. Sin piedad. Después de treinta años, pensó, se merecía algo mejor. Más joven. Más servicial. Más esbelta. Casi anoréxica. ¡Cómo cambian los gustos con la edad! Ahora vive feliz con su nueva TV de plasma de 50” HD Ready con TDT actualizable por antena, cuatro HDMI y trescientos canales vía satélite. Ya nunca sale de casa.





Autora: Anna


2 comentarios:

  1. Muy bueno. Podría ser el comienzo de "El televisor" (segunda parte), aquél maravilloso corto que aterraba a toda la familia.

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  2. Así somos los humanos, desagradecidos, dejándonos seducir por la juventud, la novedad y la esbeltez, ¡pobrecita!, ¡ingrato!
    Besos, Anna, besos, Fernando.

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