Se quedó tendido sobre la cama, incapaz de moverse después de la larga sesión de sexo. Hacía unos minutos que oía el agua de la ducha bajo la que ella había desaparecido después de que él la hubiera convertido en una nube. Después de haber sido tan bien amada, que no tenía manera de recobrar su forma original. Y él se sintió conforme.
Autora: Luisa Miñana
Me gustaría que se dejara de escuchar el agua y ella saliera de la ducha porque si ha desaparecido... yo no estaría muy conforme. Con cuatro líneas me has dejado un buen rato pensando.
ResponderEliminarÉl inmóvil y ella nube.
ResponderEliminarLos dos como fosilizados.
No sé si es para estar conforme.
Pero, desde luego, resulta preciosamente contado.
Debe de ser la inmensidad del sexo bien practicado.
Besos, Luisa.
Un abrazo, Fernando.
Precioso Luisa, ...y él se sintió conforme, y ella en una nube, perfecto.
ResponderEliminarBesos, para él y para ella, y para ti y para Fernando.
Impecable la imagen de la nube, Luisa. El vapor como constacia de un estado de ánimo sublime.
ResponderEliminarUn beso,
Laura