El policía no lo dudaba, era muy seguro ese cristal
- Tranquila señorita, le garantizo que no pueden verla, ellos saben que estamos detrás pero jamás podrían identificarnos. Es el protocolo habitual, protección de testigos- dijo.
- Parece bastante opaco, pero hay sentimientos que derrumban todo tipo de muros, es poroso, siempre se puede colar un perfume
- Déjese de niñerias. El número ocho, un paso al frente por favor
- No, no, que se quede donde está, que diga la palabra amor, es la forma más segura de reconocerlo. Su voz es como el diamante, romperá el cristal.
- ¿Está segura de que lo vió?
- Completamente
Autora: Carmen D
Completamente segura, pero que hable y diga la palabra amor.
ResponderEliminarPrecioso el juego del cristal. Esa inseguridad que nos provoca un miedo irracional. Al fin y al cabo es cristal, sinónimo de transparencia y fragilidad.
Laura
Amores que se delatan porque rompen muros y cortan cristales.
ResponderEliminarSolo basta una palabra.
Es el amor inconfundible.
Muy bello.
Gracias, Carmen.
Seguro que todos son culpables... Los sospechosos habituales suelen serlo, de eso o de cualquier otra cosa.
ResponderEliminarEstupendo relato, magnífica imagen.
Un abrazo.
... me gustó.
ResponderEliminar;)
No sé muy bien si lo vió o no, pero está claro que se quedó con algo más que con su cara...
ResponderEliminarEstupendo micro-relato, Carmen. Felicidades.
Besos