Bajo un crepúsculo rosa, en un frío atardecer de diciembre, un perro gime mientras golpea insistente una puerta iluminada, es una demanda prudente incluso ingenua, sin embargo la caja de resonancia de los edificios en círculo de esta manzana multiplican el lamento que llega a mi balcón.
Yo no quiero un perro, no quiero un perro, pero cada tarde me apeno con su lastimero duelo de fidelidad rota, reflexionando sobre la curiosa decisión adquirir una mascota para arrumbarla junto al mobiliario de hierro forjado, y mesa de cristal en la que yace una sombrilla mustia en semestres frescos.
El perro busca infructuosamente la pelota con la que entretiene sus solitarios y ahora gélidos días, pero la coló en los tejados de uralita que lindan con su prisión/ terraza. Abandona momentaneamente la puerta iluminada, camina un poco, ahora insiste en el rascado de un cristal oscuro, anhelado que alguien, con más alma, dormite a oscuras en un sofá, se apiade de él y le ofrezca caricias y cobijo.
Mi hija si quiere un perro, demanda un perro, yo se lo vengo negando día a día, año a año, hasta esta última mudanza,.
Hoy mientras fumaba mirando este horizonte enladrillado de patio de vecinos , en el que adivino crepúsculos he tomado una decisión, este año Papá Noel le traerá una mascota, no el labrador que ella había apuntado, sino un perro más pequeño , tampoco un cachorro, sino un animal que está olvidando su infancia, un animal que como ella está buscando su sitio en el mundo, mañana cuando abran la ferretería compraré arnés, mosquetón y cuerda con la que deslizarme desde mi atalaya del cuarto, sé que aunque quedan pocos días debo ponerme a dieta, mi peso quizá exceda la resistencia de los techados que separan mi bloque de la terraza de la manzana contigua. Ah!, tengo que acordarme de borrar de su lista de Reyes esa alfombra que junto al perro se pide cada año, - mamá quiero una alfombra de pelos que este suelo es muy frío, y las alfombras son cálidas, no tengo aspirador.
Autora: Arqui-Loca
Fernando, generoso, gracias por prestarme tu ventana para tender mi ropa.
ResponderEliminar