Pero tú quién eres, pregunta cada noche el esqueleto de María al que fue su marido, abriendo mucho los ojos atónitos. Él mira con infinita ternura esos huesos arrasados de alzheimer donde estuvieron los pómulos de María y toma en brazos las ruinas que dejó su muerte. Es hora de acostarse, chatica, le dice, y la lleva en volandas hasta la cama. Si una de las tibias se cae por el camino vuelve a recogerla como si tal cosa y la pone en su sitio. Al amor de tu vida debes serle fiel hasta la médula.
Autora: Patricia Estebán
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