"No", le dijo ella mirándole a los ojos. Él fue incapaz de sostener aquella mirada, y se empañó olvidando que la misión de un buen espejo es apoyar las decisiones de quien se refleja en él. Por eso, cuando el teléfono sonó y siguió sonando hasta que no sonó más, ella sacó a ese mal profesional a la calle y lo hizo pedazos antes de abandonarlo junto al contenedor de basura.
Autora: Ana Tortosa
La misión de un buen espejo es apoyar las decisiones de quien se refleja en él.
ResponderEliminarEs fantástico esto
Me gusta mucho.
Abrazos.