No se está tan mal muerta. La verdad es que el único problema que tienes es aguantar las alas, que tiene su dificultad. Pero en cuanto te acostumbras, todo va sobre nubes. Lo único fue cuando vi por una mirilla a la tierra. Vi a mi marido llorar, mis hijos desconsolados y mis amigos tristes. No lo pude soportar. Días más tarde vi a la muerte pasear a sus anchas. Se paró en una de las puertas del cielo, miro por fuera, me imagino que para ver si había algún pretendiente de su baile. No lo pude evitar, y le empujé, tirándola directamente a la vida. Ahora tiene que trabajar, pagar la hipoteca y pasar estrecheces económicas. Que se joda.
Autora: Belén Inred
3 comentarios:
Muy bueno, muy bueno belén. Enhorabuena. La muerte es tan cruel como la relatas y no le vendría mal un escarmiento.
Empujar a la muerte...que simbolismo tan preciso...tu minirelato está lleno de intenciones y un vis de amargura muy especial...la crisis nos está afectando a todos...enhorabuena por tu blog...un abrazo de azpeitia
¡Bien, Belencica,bien¡
Un buen relato. Me alegro mucho....
Besossss
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