Ya no nieva como antaño. Tampoco llueve igual que antes. Ni las cosas duran tanto como lo hacían. No duran los televisores, ni los frigoríficos, ni las lavadoras, ni los zapatos. No duran los amores, amor mío. Por eso no me ha extrañado verte esta tarde bajar las escaleras, subida muy alta, como una diosa antigua, sobre tus tacones, prolongados hacia arriba en la línea posterior de las medias. Escoltada por ese otro que ha venido a buscarte, te ha besado en los labios y ha cogido tu maleta. Muy educadamente me ha sonreído. Y muy amablemente yo he cerrado la puerta sin hacer casi ruido. Me he quedado pegado a la mirilla, viendo cómo caía la nieve en el rellano y asomaba un extraño y antiguo paisaje por el hueco de la escalera.
Autora: Luisa Miñana
Impresionante. Realmente, me ha impresionado y me ha llegado hondo. Es muy cierto que ya nada dura... sobretodo, lo que menos dura es el amor verdadero en la persona de la que estás enamorado... tu reflejo en su mirada. Muy bueno.
ResponderEliminarNo. Nada es como antes.
ResponderEliminarAcaba siempre nevando en los rellanos tras la mirilla desde la que contemplamos las despedidas.
Más poema que relato, Luisa.
O, quizás, un relato que rezuma poesía.
Poesía triste y bella, muy bella.
Besos, Luisa.
Pocas cosas son como antes, sólo hay algunas que se repiten y se repiten, el amor, el sufrimiento, la soledad... (en este orden)
ResponderEliminarFeliz verano, lo que queda, y muchos besos, Luisa.
Un beso. Es precioso. Nadie escribe como tú Luisa. Más besos.
ResponderEliminarCarmen.Vesania.
Luisa, es un relato precioso. Poético. Extremo y, al mismo tiempo, interior. Llega muy adentro y eso es muy difícil en tan poco espacio de papel.
ResponderEliminarLaura